Expresión algo arcaica y tópico literario con el que significamos que las promesas, sueños o proyectos a largo plazo suelen olvidarse con facilidad y desvanecerse con los vaivenes del destino. La expresión aparece en el Quijote, en el burlador de Sevilla y otras obras de autores del siglo de oro.
"Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho."